Se practica a menudo bajo anestesia regional, locorregional o general, ya que para realizar una artroscopía es necesario hacer pequeñas incisiones.
Una incisión sirve para introducir el artroscopio y la o las otras para los instrumentos, aspirar o iluminar la articulación.
La artroscopía consiste en introducir en una articulación un pequeño tubo rígido, el artroscopio, conectado a una cámara que va a permitir al cirujano visualizar la región intraarticular en un monitor.
El cirujano hace otras incisiones para introducir los mini instrumentos que va a utilizar: pinzas, tijeras, fresas.